[Exquisitely Absurd]

El hecho de que la compositora Riikka Talvitie haya rebautizado en 2022 su concierto para guitarra y orquesta Bow-Wow, de 2009, como «Without Irony», sin apenas otros cambios en la partitura, es una muestra más de una realidad que numerosas figuras de diferentes ámbitos culturales vienen denunciando desde hace años: el agotamiento de la hegemonía cultural del posmodernismo, junto con el abandono o resignificación de algunos de sus recursos expresivos más comunes —como pueda ser la ironía—, y la emergencia de una nueva sensibilidad compartida que, como observara en 2010 el crítico de arte Jerry Saltz, parece querer decir: «Sé que el arte que estoy creando puede parecer bobo, incluso estúpido, o que podría haberse hecho antes, pero eso no significa que no deba ser tomado en serio».

Cuando se trata de comunicar emociones y trazar asociaciones, sin duda la sinceridad es más importante que la seriedad, y páginas como la de Talvitie o las de sus compatriotas finlandeses Antti Auvinen y Lotta Wennäkoski, incluidas en el último álbum de Petri Kumela, dan cuenta de ello. Los tres conciertos aquí reunidos comparten no tanto un sonido, sino una misma tonalidad afectiva en la que el humor, que lo impregna todo —desde el patetismo juguetón de Without Irony hasta el fragmentarismo irreverente de Andalusian Panzerwagen Jazz, de Auvinen, pasando por los crípticos travestismos tímbricos y texturales de Susurrus, de Wennäkoski—, lejos de presentarse como un mero mecanismo de burla y distanciamiento irónico respecto a los convencionalismos de la escritura guitarrística en su forma concertante más tradicional, parece ser el resultado natural de un esfuerzo por cohesionar, desde una lógica «exquisita», tres discursos narrativa y emocionalmente complejos: tan anómalos, extravagantes e imaginativos como sensibles, profundos y sinceros.