[Stravinsky: Violin Concerto. Chamber works]

Publicado originalmente en Scherzo
La nueva producción que han realizado Isabelle Faust, François-Xavier Roth y los músicos de Les Siècles de varias obras de Stravinsky con instrumentos de época es, sencillamente, excepcional. Del Concierto para violín han dejado una versión elegante y alejada de exhibicionismos, donde en todo momento priman la precisión rítmica, el correcto balance y la claridad textural sobre concesiones expresivas caprichosas y donde, muy inteligentemente, han sabido aprovechar las características tímbricas únicas de sus instrumentos para traer a un plano prominente las extravagancias formales, orquestales y contrapuntísticas de la partitura. La segunda Aria, con el violín de Faust elevándose sensualmente por encima de un acompañamiento, en la cuerda, bellamente afinado y sin vibrato, es uno de los momentos más íntimos y especiales del álbum.
La aspereza y la calidez distintivas del sonido de las cuerdas de tripa acentúan los componentes folclóricos y primitivos de la primera de las Tres piezas para cuarteto de cuerda y de la bucólica Pastorale, al tiempo que confieren un carácter misterioso y desencajado, casi siniestro, a las otras dos Piezas, al Concertino y al Doble canon. La elección de grabar únicamente la Variación de Apolo resulta acertada, pues, entre otras cosas, entronca con el enfoque camerístico del álbum y permite, al igual que en el Concierto para violín, una escucha cercana y nítida de los instrumentos y del interior de la música que no es tan accesible en aquellas grabaciones que recogen el ballet completo.
No sé si las decisiones interpretativas historicistas adoptadas aquí hacen de este Stravinsky uno más «auténtico», pero sí uno fresco y diferente, exquisitamente interpretado, además, por músicos extraordinarios. Y con eso debería ser suficiente.